No puedo creer aún lo que pasó.
Dios por él pido clemencia.
Bien se ve aquí la mano del Diablo,
dijo con firmeza el santo juez.
Ava ijeroviapa'ÿva, tokái,
tomboaje pe tata ravira.
Ndoiko mo'âi pohiahuvereko!
Ndoiko mo'âi pohiahuvereko!
Con el indio hereje, a la hoguera,
a cumplir el castigo del fuego.
¡No habrá piedad!
¡No habrá piedad!
Ha kuarahy okañy.
Ro'y asýngo pa'i kuéra távape.
Kirirî guasuetépe.
Y el sol se escondió.
Frío intenso en la misión.
Un silencio sepulcral.
Móncho, pe tatarendýpe pa'i hasê
oikuaa porâgui mba'érepa ojapo.
Móncho ojapo omongarai ha§ua upe yvy,
ojerurévo ñemitÿgui mono'ômbyre
porâ.
Ramón, en las llamas el monje lloró
sabía bien por qué lo hizo.
Ramón lo hizo para bendecir la tierra,
pedir por la siembra cosecha buena.
Umi ñana piru nipo ra'e oñangareko
ha§ua hese.
Las hierbas secas eran para protegerla.
Obs.: La traducción al guaraní, que es literal por
cada verso, se brinda con fines didácticos, y no poéticos.
[1] Es muy corriente en Paraguay llamarle "Moncho",
o más familiarmente, "Monchi"
(en diminutivo), a quien se llame Ramón. Sin embargo, este nombre no
está bajo las reglas del guaraní, por la presencia de la /n/ antes de la /ch/,
por lo que lo transfonetizamos nasalizando la vocal anterior.
[2] Literalmente, pa'i kuéra táva es "la aldea de los curas (misioneros)". Si nos vemos obligados
por la métrica, podemos omitir la palabra kuéra, ya que en
guaraní la pluralización explícita es opcional.
[3] Se necesita una mayor precisión
de la versión original para su traducción exacta. Aquí se asume que el claustro es exterior.
[4] Literalmente, mohendaha aty
se refiere a "reunión de jueces", que tienen la atribución de
juzgar y enviar al lugar de reclusión que estimen conveniente.
[5] El verbo jetopa (un hispanismo
por topar[se con]=hallar, al hacerlo intransitivo) señala encontrar
algo sin haberlo buscado, es decir, como descubriéndolo.
[6] En guaraní lastimosamente no existe una diferenciación
entre una imagen bidimensional (dibujo o pintura) y una tridimensional (estatua
o escultura), ambos se expresan de la misma manera: ta'anga.
[7] El sufijo asy, aféresis
del verbo transitivo hasy, denota que
la intensidad a que se refiere es dañina a la salud o al bienestar
de la persona quien la sufre.
[8] El advervio "siempre", esta ocasión, se tomó
como el significado de "casi siempre, sin que él se dé cuenta",
dado el énfasis que parece que se pone (en su versión poética
original), que esto se produce durante el trabajo, y en son de defensa, como
que quien lo sufre no le da importancia. Tal es su traducción.